viernes, 12 de septiembre de 2008

el gUardIan entrE el cEntenO

—Se da la circunstancia de que ha nacido en Shangai.
—¡No me digas! ¿Es china?
—Evidentemente.
—¡No me digas! ¿Y te gusta eso? ¿Que sea china?
—Evidentemente.
—¿Por qué? Dímelo. De verdad me gustaría saberlo.
—Porque se da la circunstancia de que la filosofía oriental me resulta más satisfactoria que la occidental.
—¿Sí? ¿Qué quieres decir cuando dices «filosofía»? ¿La cosa del sexo? ¿Acostarte con ella? ¿Quieres decir que lo hacen mejor en China? ¿Es eso?
—No necesariamente en China. He dicho Oriente. ¿Tenemos que proseguir con esta conversación inane?
—Oye, de verdad, Te lo pregunto en serio —le dije—. ¿Por qué es mejor en Oriente?
—Es demasiado complejo para explicártelo ahora. Sencillamente consideran el acto sexual una experiencia tanto física como espiritual.

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